jueves, 31 de marzo de 2016

Ceporra, cabezona y empecinada. Si voy con el coche y me confundo, jamás me doy la vuelta. Aunque acabe por tardar tres horas en llegar de El Tiemblo a Ávila. ¿Que hay una pared en medio? Yo p'alante. Hasta que la tire abajo. Estaría todo muy bien si no fuera porque hay paredes que no hay ni dios que las mueva. En ese caso hasta que no vienen a recogerme en ambulancia, yo allí erre que erre. Madre del amor hermoso, en nombre de qué grandes cosas me da por obecarme. Parece que no he aprendido nada. Pero quizá sí: al menos percibo un olor a chamusquina en el ambiente... Hay lecciones que una no puede permitirse que se las enseñen dos veces. ¿Se puede saber dónde está el paso de peatones para cruzar a la acera de enfrente? ¿O hay que tirarse a pelo?

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