viernes, 25 de marzo de 2016

Entre las muchas falacias del coaching superficial se encuentra para mí la de cambia tú y cambiará el mundo. Mira, deja de chocarte contra un muro y sal corriendo. Todo está bien contigo. En otra parte está lo que buscas y gente maravillosa que compartirá tu camino. Eres flor, y no una flor cualquiera: la rosa solo puede ser rosa, y nunca lirio. Así que no mires tanto a tu flor marchita, y sí al suelo donde viertes tu semilla. Vamos, que por mucho que te quieran vender el fertilizante, no crecen rosas en el Ártico. (Eso sí, se dice más fácil que se hace).

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