sábado, 31 de diciembre de 2011

Poema de Alejandra Pizarnik para terminar el año

Caminos del espejo


I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde
filoso de la noche.

III
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.

VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.

XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba
no vi otra cosa que a mí misma.

XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra
la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.



miércoles, 28 de diciembre de 2011

Consumir antes de...

La vida tiene fecha de caducidad

La muerte es para siempre

¿Y el amor?

¿Cómo muere un recuerdo?

¿De dónde nace la alegría?

¿Es esto traición?

¿Hay abrazos que matan?

¿Qué es madurar?


¿Es posible recuperar la inocencia?

¿Dónde está la libertad?


¿Era este mi camino?


¿0 quizá este?


¿Dónde estoy?

¿A dónde voy?

¿Puedo seguir siendo yo?

¿De dónde vienen las ganas de vivir?

¿Cómo se perdona?

¿Cómo se olvida?

¿Cuándo se paró el tiempo?


Pongo en hora el reloj

Amo

Agradezco

Nadie puede cortarme las alas

Ni siquiera yo misma

Porque perdono y me perdono

Porque el amor no está hecho de grilletes

Ni de silencios

Y un día por fin lo entenderé

Y quizá entonces recuerde qué es la libertad

Y vuelva a ser una con el mundo

como lo era contigo


lunes, 26 de diciembre de 2011

El árbol de Jenifer

Pensamiento para el día 24 de diciembre del libro de Robin Sharma Una inspiración para cada día, que antes perteneció a otra persona que también transmite paz y sentimientos puros.

Perdonar a alguien no es lo mismo que aprobar su conducta. Perdonar a alguien es, simplemente, ver que las personas dolidas hacen cosas que duelen. Te animo a comprender que las personas que hieren a otras es porque antes las han herido. Las personas que no se aman no pueden dar amor a otros. Y las personas que no se respetan no tienen ni idea de cómo mostrar respeto hacia los demás.

Como el libro, el padre Ángel de la Peña de Francia tiene siempre la palabra exacta. Dice que le preguntan a menudo si esa virgen hace muchos milagros, y que él responde que milagros no sabe, pero que de lo que sí está seguro es de que abre los corazones de la gente.

Yo en la Peña no pido milagros, solo fuerza y un corazón abierto para saber interpretar los designios divinos, o si preferís llamémoslos simplemente caminos espirituales. Quizá a veces lo que yo deseaba no es lo que mi espíritu necesitaba ni lo que la vida/ el destino/ dios tiene reservado para mí.




En 1995 Elisabet y Jenifer plantaron sendos árboles y les dieron sus nombres. ¿Por qué 16 años después el de Elisabet ha tirado para arriba, frondoso y de grueso tronco, y del árbol de Jenifer solo queda la señal de que alguna vez estuvo allí?

El día de Navidad hablaba el Padre Ángel de la alegría de tener un recién nacido en brazos y del nacimiento del amor en nuestro interior representado en el niño Jesús. Hablaba también de la bendición de la vida familiar vivida desde los valores. De lo felices que venían a dar gracias las parejas que habían cumplido los cincuenta años de casados, y del valor de la fidelidad entendida no como un mandato de fidelidad por la simple fidelidad en sí misma, sino explicada desde la alegría, la fuerza y el trabajo de creer en la familia y disfrutar de sus valores. Cuanto más atención se preste a estos valores, venía a decir, más sencillo será encontrar y disfrutar de las maravillas y la belleza de la vida.

¿Qué le pasaría al árbol de Jenifer? ¿La semilla no fue lo suficientemente fuerte? ¿El delgado tronco no supo defenderse ante los envites del hielo? ¿Vino un viento suficientemente fuerte para derribar sus ramas mientras que la de los jóvenes árboles vecinos lograron aferrarse con más fuerza a la vida? ¿O simplemente el árbol un día sin previo aviso apareció seco?

Pero lo que más me duele a mí es asumir que alguien tuvo que venir a talar los restos muertos que quedaron del árbol, hacer desaparecer las señales de que un día allí hubo vida. ¿Tuvo que venir Jenifer, que plantó su árbol con la emoción de un nacimiento, a recoger los despojos de muerte y quemarlos en un ataúd cerrado?

Quizá pasó días mirando cómo el árbol decaía, como poco a poco iba perdiendo vida, y Jenifer se empeñó inúltimente en regarlo un poco diariamente, sin saber nunca si lo regaba suficiente o demasiado, si la hora apropiada en verano era por la mañana, si quizá regarlo con las heladas era contraproducente. Y cuando finalmente el árbol murió, puede que se resistiera desesperadamente a aceptarlo, a despedirse de sus endebles pero frescas ramas, de su  tronco nudoso y áspero al tiempo que fino y orgulloso.

Y tal vez tuvo que pedir ayuda para talarlo, quizá vinieron una mañana los operarios del ayuntamiento sin ni siquiera avisarla. Pero lo que no sé, de lo que no tengo ni idea, es qué fue de los leños muertos, dónde pueden llevarse, qué sitio pueden ocupar, cómo hacerlos desaparecer sin vileza ni resistencia.

Quizá Jenifer entienda un día que su árbol, plantado con todo el amor, no pudo resistir las heladas, el calor ni los vientos, y puede que haya perdonado al frío, al aire y a la torridez del verano. Quizá Jenifer haya aprendido a amar a su árbol muerto igual que lo amaba cuando estaba vivo, quizá haya aprendido a ver la belleza de su árbol en cada nuevo árbol del camino.



Yo me aferro a la belleza de una Nochebuena pasada en familia donde los valores se reflejan en el cuidado de la mesa, en el cariño de la comida, en regalos que son recuerdos de días felices del pasado, en regalos que son una puerta para días felices en el futuro.

Y disfruto del paseo matutino en un día soleado de Navidad, donde los churros ya están despiertos

las encinas muestran su esplendor


algún eral mira con fijeza

las plantas comienzan a deshelarse

el campo se pone a tono con la navidad

los perros acuden fieles

y se comparten momentos cotidianos, momentos especiales con familia y amigos

Todo esto es empezar a saber qué es el amor verdadero, el amor que empieza por uno mismo, que mira con los ojos propios y únicos hacia el mundo exterior, que se abre y recibe, que se vierte y da.

Quizá el árbol de Jenifer podría haber sobrevivido con esta receta, pero ahora todo lo que queda es un nombre pisado y olvidado en medio de una fila de árboles altos y fuertes.

¿Dónde están los restos del árbol? ¿Será verdad que ya no hay vida en ellos? ¿Qué puedo hacer con ellos si me sigo aferrando a todo el amor con el que se plantaron?

martes, 20 de diciembre de 2011

Pensamientos positivos del día

Y ahora vamos a hablar, ¿sabéis?, vamos a hablar,
como si hubiera empezado el deshielo
y ya estuviese circulando la misma sangre en nuestros corazones
(...)porque empieza el deshielo,
porque empieza el deshielo y yo he llegado a tener la estatura de una gota de agua (...)
Luis Rosales, La casa encendida

"Debes aprender a identificar los pensamientos que llegan a tu mente, ya que tu vida irá de acuerdo a como pienses. Si son positivos, tu vida será hermosa y alegre; pero si la mayoría son negativos, entonces tu vida será triste y deprimente. De ahí la importancia de aprender a identificar tus pensamientos y de reemplazar los pensamientos negativos por positivos." (Jaime Jaramillo)

  • tengo paz interior
  • soy dueña de mi vida y dejo que sea yo quien la controle
  • merezco una vida sana
  • mis principios valen la pena
  • es divertido vestirme como me gusta, pero tampoco es un imperativo
  • puedo vivir con pocas cosas materiales
  • me gustan las cosas bonitas, especialmente las pequeñas
  • me gusta la gente cálida y que da abrazos
  • me gusta la gente que escucha y comprende
  • me gusta emocionarme y sentir
  • me gustan los impulsos y las emociones desde el equilibrio
  • me gusta la gente que sabe cuándo cerrar la boca
  • me gustan los pájaros y las bolas de navidad que han colgado mis compañeros en el pinsapo que se ve desde mi ventana
  • me gusta el piano, la música clásica, los toros y la poesía
  • puedo seguir aprendiendo de literatura
  • me gusta mi familia y me gustan mis amigos
  • me gusta que puedo ser alegre, y a veces también melancólica
  • me gusta entusiasmarme
  • me interesan mis alumnos, uno por uno
  • me gusta hacer cosas variadas en el trabajo
  • me gusta el campo y a veces también la ciudad
  • me gustan las burbujas en el estómago, especialmente cuando son de impaciencia e ilusión
  • me gusta encontrarme a mí misma
  • me gusta compartir mis pensamientos y que haya gente a quien les interesen
  • me encantan las estrellas de mi casa y el cuidado con el que las has colgado
  • me gusta el cuadro vintage que me han regalado
  • me gusta que mi familia haya venido a verme
  • me gusta tener hermanos trabajadores e inteligentes
  • me gusta la inteligencia, y me gusta la tuya, y la de de algunos de mis compañeros
  • me gusta el desprendimiento
  • me gusta el sentimiento
  • me gusta el saber callar a tiempo
  • me gusta que me escuchen
  • me gusta poder expresarme
  • me gusta salir de mi burbuja y escuchar y reír, y me gusta mucho aprender
  • me gusta tener alas y pájaros en la cabeza
  • tengo un corazón que puede ensancharse y abrirse
  • me gusta estar rodeada de gente que hace su trabajo bien
  • puedo hacer mi trabajo bien, pero también puedo poner límites al tiempo empleado
  • puedo organizarme y ponerme objetivos, y disfrutar en la tarea
  • puedo ser feliz, puedo ser yo, puedo sentirme bien junto a los otros
  • puedo ser fuerte, puedo estar junto a los demás y contribuir al bienestar
  • puedo encontrar mi dignidad, puedo liberar mi corazón del mal que me han hecho y liberarlo también de las cadenas que yo misma me he puesto
  • puedo volar, puedo ser feliz, puedo creer, puedo estar junto a vosotros
  • me he quitado unos cuantos hilos de acero porque he resistido
  • puedo ver los amaneceres, las vacas y los churrillos
  • puedo liberar mi corazón y algún día entender el amor verdadero
  • mientras tanto puedo ser yo, a solas, con todos, sintiendo y con el derecho a mi propia vida
¿Y quién te cuida, Lucía?
Me cuido yo, y me cuidáis vosotros,
y me cuidan todas las pequeñas y grandes cosas maravillosas de la vida.

Abro los ojos: veo
Abro el corazón, y siento libertad, amor, dignidad y el derecho a pintar mi vida con los colores del arcoiris.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Publicidad de Bankia: machismo y obscenidad




Esta imagen me indignó nada más verla. Al principio es simplemente algo que te choca, tu primer pensamiento es "aquí hay algo que falla", y efectivamente algo chirrría.

Lo primero que me viene a la cabeza es que es una imagen con la que disfrutaría un pederasta: una imagen obscena, explícita en su sutileza.

Una niña mona, con melena larga y de un rubio suave, una niña impaciente por crecer, que se pone tacones y sale en bragas.

¿Impaciente por qué? ¿Impaciente para qué? ¿Para convertirse en un modelo de mujer que guste a los hombres: provocación vestida de inocencia, manipulación femenina disfrazada de dulzura?

No insisto más: el anuncio me parece profundamente machista. Obviamente los publicistas no dan puntada sin hilo y saben claramente a quién se dirige el anuncio, cuál es su audiencia: será que son los hombres ya de una cierta edad, pasados los años de ligar fácilmente y de gustar pero a los que les cuesta asumirlo, los que empiezan a contratar planes de pensiones.

¿Cómo no va a indignarme que sea esta la imagen que se presenta de la mujer? ¿Es eso en lo que las niñas que están hoy en el parvulario esperan/ deben convertirse?

Y lo peor es que yo soy parte de Bankia, pero retrógrados y pichaflojas (sin perdón) debe de haber en todas partes, especialmente entre oscuros banqueros y relamidos hombres de negocios.