domingo, 21 de octubre de 2012

fin del finde

Quién soy
          sentir

Dónde estoy
             respirar

Sin correr
         pues para ya



domingo, 14 de octubre de 2012

The Road Taken. El camino seguido.

Un fin de semana cargado de cosas buenas. Para empezar, descanso. Cómo se agradece un pequeño puente cuando se hacen malabares para organizar todas las obligaciones de la semana. Un fin de semana con toros, con teatro, con una exposición. Y aún así hay cosas que aún echo de menos hoy domingo: visita al Puerto, tiempo con mi padre, quedar con los amigos.

Me doy cuenta estos días de la importancia del tiempo, de sentir que lo controlamos, de que no sea él quien nos maneje. Y pienso también con cierto estupor que sin duda ya soy mayor. Me pesan las obligaciones, ando a cuestas con la carga de la responsabilidad, con el hato de dudas sobre cómo lo estaré haciendo, si esto es suficiente o si aún tengo que seguir tensando todas las cuerdas de mi resistencia mental, apretar los dientes, y embestir con lor riñones con la cabeza por delante.

No estoy en la cima, no contemplo el paisaje después de la ascensión. Me muevo entre la neblina que humedece las sábanas y enturbia el despertar. Avanzo con paso firme, eso sí, en una ruta que no todos reconocerán como tal. No es un camino fácil, y ni siquiera es el más justo, ni el más bello, ni el que más lejos conduce. Tan solo es la vía que marcan mis pasos. Existen caminos paralelos, más anchos, más claros, más puros. Pero no son el mío: yo avanzo entre nubes bajas sorteando carrascos, entre piedras con musgo húmedo, por tierras de otoño grisáceo.

Y me sorprende siempre cuando tras un recodo aparece un viajero en dirección opuesta. Viene del frío, y frías son sus opiniones, sus condenas. Tristes como la niebla sus puntos de vista y desabridos como el tacto de una roca sin rocío sus versos. ¿Qué hacer con estos viajeros sin bastón que salen a mi paso dirigiéndose hacia el lugar que yo he decidido dejar atrás?

Miro hacia delante, hacia algún lugar entre la neblina. Afianzo mis pasos entre las rocas duras, siento el escozor del matorral bajo en mis piernas. Camino entre la niebla, con humedad en el corazón y con asfixiante grisura en la cabeza. Camino y sigo respirando, avanzo entre rocas y arbustos inspirando a cada paso, sintiendo el bombear temeroso pero empecinado de la sangre en mis sienes.
Es díficil moverse entre las horas, dejando el tiempo atrás, persiguiendo el tiempo, atrapando los minutos con redes sin remendar. Conjugar las actividades que te planteas, calzar la compañía de todos los que te quieren, alcanzar tus expectativas, cargar con el hato de la responsabilidad, cumplir con lo que otros esperan de ti.

Por eso en este otoño aún caliente no puedo más que juntar pasos como se recogen las uvas de la parra, seguir entre la niebla fiel a mi propia oscuridad. Los viajeros en sentido contrario me ciegan con sus linternas de falsa moral y alegría fingida, pesadas como haces luminosos perdidos en un túnel sin fin. No es esa la luz que busco. La luz que se abre paso entre la niebla solo puede esperarse entre el incómodo rocío de la mañana fría, sobre las piedras musgosas y resbaladizas, bajo la tierra áspera cuajada de pequeñas encinas duras y a la defensiva.

Me da miedo el camino, la humedad en las ropas, la nariz fría. Los viajeros que ríen desdentados y restallan muecas de superioridad. Pero yo me ajusto el exiguo abrigo, siento el calor del hielo en las mejillas, la viveza de mis pies resecos, y marcho entre las piedras, sobre la tierra agrietada que llora rocío, entre las gotas grises de las nubes bajas.

Sigo el sendero de la niebla, levanto el rostro para sentir el aliento del viento que corta sin dejar cicatrices y que mantiene mi sonrisa fresca como pescado en sal. Alzo las manos para recibir el abrazo de los árboles de ramas desnudas y anoréxicas. Y entonces avanzo a saltos, satisfecha del frío, de la niebla y del camino perdido que descubren mis pasos.

Robert Frost, "The Road Not Taken". El camino no seguido.

Two roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;
 Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
y lamenté no poder seguir los dos,
y ser solo un viajero, así que durante largo tiempo
permanecí inmóvil y perdí mi mirada en uno de ellos
hasta donde desaparecía en la espesura;

Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim
Because it was grassy and wanted wear,
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,
 Entonces tomé el otro, igual al primero,
y quizá con mayor derecho 
puesto que tenia hierba y requería limpieza,
aunque en este punto los que habían pasado por allí
habían hollado los dos de igual manera,

And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I marked the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way
I doubted if I should ever come back.
 Y los dos aquella mañana se extendían similares
con hojas que ninguna pisada había vuelto negras.
¡Oh, dejé el primero para otro día!
Sin embargo, consciente de que un paso conduce a otro
dudé de si alguna vez habría de regresar.

I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I,
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.      
 Seguiré relatando esta historia entre suspiros
en cualquier parte tiempo y tiempo después:
dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo,
yo seguí el menos transitado,
y ahí radica toda la diferencia.