miércoles, 13 de julio de 2016

Raquel

Somos muchos los nos acostamos por la noche pensando en Víctor, en su familia, en Raquel. Y volvemos a pensar en ellos al levantarnos. Seguimos llorando, y no podemos siquiera imaginar vuestro dolor, aunque nos gustaría tanto poder aliviarlo de alguna manera. Hoy sois vosotros, la esposa y la madre, las que cuidáis del nuestro. Vuestra entereza y orgullo dan todavía más sentido a la ida de Víctor. El sufrimiento es inconmesurable, porque esconde tanta vida, tanta intensidad, tantos sueños. Esta muerte terrible es tan de verdad, y es tan de verdad el dolor, pero también las ganas que nos infunde de seguir viviendo, viviendo la vida y el toreo, que vienen a ser lo mismo. Mi admiración tremenda para vosotras, Raquel. Os tengo siempre en mi pensamiento. Pensar, acompañaros, compartir noticias y homenajes... nada puede ser suficiente, pero sentimos tanto la necesidad de hacerlo, de amparar nuestro dolor. Y luego volvemos a imaginar el vuestro, y no podemos, y se nos seca el alma. Estamos con vosotros, Raquel, contigo y con Víctor siempre. Orgullo y gloria.

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