No sé qué pensaría Audrey de los toros. El caso es que allí estaba en 1955, en las Ventas del Espíritu Santo junto a su marido y Lucía Bosé.
¿Habría asistido hoy a una corrida? Seguramente no: habría sido políticamente incorrecto y perjudicial para su imagen.
Pero en 1955 ahí tenemos a la dulce Audrey pasando la tarde en los toros.
Y aquí la tenemos impecable de traje corto y estilosa también a caballo en la Feria de Abril de Sevilla.
Quizá por esto me va a empezar a gustar Audrey Hepburn: no es solo una cara bonita, sino que trata de integrarse y aprender de la cultura. Y parece disfrutar de ello.
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