lunes, 8 de febrero de 2016

Málaga

Málaga está llena de tesoros, de niñas que preguntan si pueden tomar Fanta para merendar, de ramilletes de conchas junto al agua detenida, de pintura y cuadros, de cultura, del sabor conocido a tauromaquia, de cafeterías con churros, de chirigotas con gracia machista, de algo que no es caliente ni frío y que se parece a la alegría de vivir. Hacía mucho que el alma no me pedía sur, y ahora al fin estoy aquí, ante el mar azul y quieto. Es tiempo de sueños, de sacudirse el frío, de que los labios te escuezan de sal y libertad. Porque siempre es la hora de leer y escribir, de caminar lento y pararse a sentir. De soltarse con los dientes las manos amarradas y de ponerse un lunes el alma de los domingos. Vine a Málaga a encontrar tesoros, luz y canciones nuevas. Cuando el Ave me devuelva al sitio de siempre, confío en encontrar un lugar diferente. Sé qué quiero y qué no quiero, y también recuerdo ahora que hay lugares donde es más fácil que los deseos se cumplan. Ama tus sueños y dales forma con la suavidad con la que soplas para maravillar con una pompa de jabón a un niño. El frío me espera a la vuelta, la nieve y el silencio. Soy marinero, soy nómada, poseo un alma errante. Soplan vientos de verdad y la bandera desgarrada ondea clamando libertad. Piratas de ojos negros y puñales de plata: no conseguiréis doblegarme. Hay un lugar de sol y viento donde siempre me escondo y termino por encontrarme. Por mí y por mis compañeros, pero por mí, por mí, por mí y por mi verdad, por mí primero.

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