martes, 15 de diciembre de 2009

El universo sobre mí (cumpleaños)

El domingo tuve un día estupendo. Y voy a escribirlo para que no se me olvide. Cuando era pequeña a veces me soñaba que se me pasaba el cumpleaños, que cuando quería darme cuenta el día se me había echado encima y no me había dado tiempo a prepararme para disfrutarlo. O directamente el día ya se había pasado, y me lo había perdido. A veces creo que me soñaba también lo mismo pero con el día de Reyes. Y es que tanto Reyes como el cumpleaños eran dos días mágicos para mí. Bueno, la magia en general era muy importante para mí, y por eso quería volar, y mi libro favorito era La pequeña bruja (un libro estupendo estupendo que no me cansaba de releer, y mis hermanos tampoco), y mi ídolo era Peter Pan, y nunca se me olvidarán las palabras de mi abuela cuando iba yo a cumplir once años, contándome que ella a los once se había plantado y había decidido no crecer más.

Pues este año casi se me pasa el cumpleaños de verdad. Ay qué agobio con la celebración del cumpleaños, que si hay que ir de cena aquí, o mejor allá, que con quién lo celebro, que cómo lo hago. Pues me entran ganas de no celebrarlo, cuánto hay que armar. Hasta que me planté, me relajé, y decidí hacer lo que me diera la gana. Y entonces llegó la idea, me di cuenta de lo que realmente quería, estaba ahí pero no lo podía ver con tanto lío.

Llevo todo el otoño con que quiero ir de excursión, con los sitios tan preciosos que tenemos alrededor, y la mayoría de ellos no los conozco. Así que ya es hora, que se apunte el que quiera. Y entonces lo comenté con mi tía, en una de esas maravillosas comidas en paz y orden a las que me autoinvito, una comida que parece como respirar una barra de incienso, u oler los aceites en un local de yoga, y por la que encima me dan las gracias por ir. Y mi tía tenía el mapa del lugar mágico, con nombres que parecen de un libro de aventuras: Los Pájaros del Alba, el Laberinto de los Paredones, las Tarmas de Babel, los Confines de la Luz, el Pasadizo de las Revelaciones. Había hasta una ermita de Santa Lucía, así que no había duda: ese sitio estaba predestinado para mí ese domingo, y por suerte había sido capaz de relajarme y sentir la fuerza que me llevaba a él.

Estaba emocionadísima, y el frio no nos importaba, ni el sueño a los que no habían dormido e hicieron el esfuerzo. Pero luego nos hizo hasta sol, y el frio se evaporó. Y efectivamente el camino era mágico. En la ermita de Santa Lucía, unas ruinas enmarcadas por una vidriera abierta a la sierra, podías ponerte en el centro de un círculo de piedras y sentir allí la armonía del universo y las corrientes de fuerzas escondidas.




En el restaurante del pueblo nos juntamos todos. Yo comí patatas meneás, que saben muy ricas en la sierra, y después nos dimos un paseo. Tengo que romper la magia del momento para criticar el estado del pueblo, que se supone que es un sitio que vive del turismo, y resulta que está lleno de basura, descuidado, y sin un solo detalle. Hombre, tampoco van a convertirse todos los pueblos en la Alberca, ni falta que hace. Pero entre ser el Benidorm de la Sierra, que es en lo que se ha convertido la Alberca, y estar dejado de la mano de dios, hay un trecho que podría salvarse con un poco de conciencia, cariño, y gusto por los detalles.

Los que quedamos pasamos la tarde en la chimenea. No podría haber pedido nada más, porque estuve relajada, feliz, activa, y disfrutando de buena compañía. Pero para que la ecuación saliera perfecta, tuve unos fantásticos regalos de cumple también. Primero una tarta de manzana hecha con mucho cariño, con la que me regalaron tiempo y azúcar, que es una combinación perfecta. Después un libro, comprado también con mucha dedicación e interés. Tuve también una super wii sport para que siga estupenda a mis años, dinero suficiente para meternos la comida en la sierra, un bono para un spa y un masaje, que es de lo que más me puede gustar en el mundo, y que va a venir fenomenal para coger fuerzas mentales esta navidad, y para terminar un boli de Campanilla, ya el colmo para satisfacer mis caprichos.

En suma, ¿quién no quiere cumplir años así? Si los cumpleaños siempre me han parecido un día para estar con la gente que quieres y para que te mimen, este cumpleaños cumple todas mis expectativas. No sólo por el amor que me puedan dar, sino por el que yo soy capaz de coger, de la familia, de los amigos, de ti y de la Naturaleza, cuando dejo que el Universo caiga sobre mí.

4 comentarios:

  1. A mi también me pareció un día estupendo, me alegro que te gustara tanto.
    Solo faltó un detalle...

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  2. ja ja, he tenido q pensar solo un segundo para ver cuál era, oye, pk a la wii no le falta ni un complemento...

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  3. A pesar de las pocas horas de sueño, fue un gran día, disfrutaste tú y todos los demás!!!!

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  4. ...jollin luci, con este casi lloro.....
    que rebonica!!

    jemita

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