lunes, 5 de septiembre de 2011

Carta al director y defensora del lector de El País

Durante el mes de agosto se ha publicado en su periódico un número significativo de cartas con contenido antitaurino. Desde el 7 hasta el 31 de agosto han aparecido al menos ocho cartas, distribuidas perfectamente en el tiempo en periodos de tres o cuatro días.

Tanto el número de cartas como su distribución no parecen inocentes ni casuales. Estas elecciones hechas en su periódico más corresponden a una “acción o técnica efectuada sobre un individuo para anular su personalidad y comunicarle las ideas o mentalidad que se deseen”. Tal y como se recoge en el diccionario online de El País, esta definición se aplica al término “lavado de cerebro”.

La situación de manipulación aparece aún más grave cuando una rápida busca en Internet desvela que los autores de varias de estas cartas son conocidos por sus posturas absolutamente radicales no solo sobre toros sino sobre otros temas como el veganismo.

En la misma línea, los argumentos de estas cartas son absolutamente extremos e incluso ofensivos. Así, el 15 de agosto Julio Ortega escribe que “Cazador y torero no son más que despiadados sayones para aquellos a los que juran amar. Qué sobrecogedora combinación de egoísmo, sadismo y falsedad". En otras cartas se califica a los aficionados como “caterva de energúmenos” o “populacho”.

Asimismo, estas cartas pretenden difundir como verdadero algo que no puede ser más que una impresión subjetiva: el fin de los toros. Por ejemplo, el 7 de agosto Manuel Cañedo habla de “la fuerte oposición que les espera en los próximos años por parte de una sociedad cada vez más concienciada con los derechos de los animales".

Finalmente, encuentro especialmente preocupante el hecho de que en estas cartas los firmantes se erijan en poseedores únicos no solo de la verdad, sino de la moral. El 22 de agosto Alberto Morales proclama que “algunos de nuestros compatriotas se han estancado en la Edad Media, y lo peor es el ejemplo que ofrecen a sus hijos”.

Considero que tanto el número de cartas con contenido antitaurino publicadas en un periodo tan corto de tiempo como el radicalismo de los argumentos ofrecen una visión sesgada y manipuladora de la realidad de los toros. De este modo quizá se mantenga la independencia de la que hace gala su periódico, pero a mi parecer se resienten la objetividad, la pluralidad y el respeto que nuestra democracia otorga a los festejos taurinos y a los que eligen no estar en contra de ellos.



4 comentarios:

  1. He seguido con interés su serie sobre las "cartas de los lectores" en El País, e incluso me ha puesto sobre "la pista" de algunas que no descubrí a primera vista.

    Yo espero que en ese "afán de pluralidad" que pregona ese diario madrileño, publiquen ahora la que Usted ha enviado, que señala con claridad las posturas ofensivas que algunos han adoptado en contra de quienes tenemos afición por la Fiesta de los Toros, pues creo que se puede ser respetuosamente antitaurino.

    No obstante, vista la "línea editorial" que sigue El País, me reservo el beneficio de la duda acerca de la publicación, pero eso no debe impedir que se siga intentando hacer llegar nuestro parecer, que como el de quienes piensan lo contrario, también es digno de ser escuchado y leído.

    Saludos y mi enhorabuena desde Aguascalientes, México.

    ResponderEliminar
  2. Yo tampoco creo que la vayan a publicar-- de hecho la he escrito simplemente con la idea de que al menos vean que nos damos cuenta de cuál es su juego.
    Me alegro que le haya resultado interesante la entrada, porque el tema de la manipulación en los medios de comunicación me parece muy grave.
    Gracias por leer!

    ResponderEliminar
  3. Hola Lucia. Cuando escribiste esta entrada estaba fuera, y no podia dejar pasarlo sin comentarte.
    A esta gente les importa los animales un carajo, que te lo digo yo. Solo se miran su ombligo, y algun que otro interés tienen detras. Hace unas semanas que publique en El Retoñal una entrada sobre antitaurinas reconocidas como son Julia Otero, Pilar Rahola y Espido Freire. Esta gente son unos Ignorantes que ni conocen ni quieren conocer nada mas alla que no llegue de la punta de sus zapatos.
    No debemos darle nada mas la importancia que tienen, pero tampoco nos podemos quedar con los brazos cruazados.
    Un abrazo y espero que el campo Charro vaya cogiendo poco a poco ese color otoñal tan precioso para poder ver a buenos toros bravos en una estampa sin igual.

    ResponderEliminar
  4. Hola, Marín! Recuerdo la intervención de Espido Freire en el debate de Cataluña: no daba crédito a que una persona formada y acostumbrada a reflexionar (o eso se supone) pudiese demostrar tanta banalidad, y quedarse tan ufana

    ResponderEliminar